
El mundo entero se mantenía en vilo a la espera de la primera final de la Copa Libertadores entre Boca y River que se hacía esperar más de lo deseado debido a las intensas tormentas que azotaban en la Ciudad de Buenos Aires.Tras no poder jugarse en el día y horario pactado inicialmente, finalmente las lluvias dieron el respiro necesario para acabar con la espera.
Y los protagonistas se mostraron a la altura del espectáculo esperado. Es que la Bombonera vibró con el histórico encuentro entre el Xeneize y el Millonario. Con un ida y vuelta electrizante, ambos protagonistas exhibieron sus ansias por quedarse con el tan preciado trofeo.
Aunque parecía que las alarmas se encendían rápidamente por la lesión que sufrió a los pocos minutos Cristian Pavón, quien debió ser reemplazado por Darío Benedetto, el Xeneize sacó a relucir su fortaleza ante la adversidad y nunca acusó el golpe. Tal es así que logró propinar el primer cachetazo gracias al disparo de Ramón Wanchope Ábila que Franco Armani no pudo contener. Pero el Millonario tampoco se dejó noquear y apenas un minuto después apareció Lucas Pratto para igualar el trámite.
Si bien, los de Núñez parecían generar las mejores situaciones, Boca volvió a hacer uso de su letal contundencia y logró irse al descanso en ventaja gracias al tanto de Darío Benedetto que descolocó al arquero riverplatense.
Ya en el complemento la suerte pareció estar del lado visitante. Es que Carlos Izquierdoz tuvo la mala fortuna de peinar un tiro libre del Pity Martínez que terminó con la pelota en el fondo de su arco. Ya con el encuentro empatado nuevamente, la última jugada más clara y peligrosa del partido estuvo en los pies de Carlos Tevez brindándole una exquisita asistencia a un Pipa Benedetto al que Armani le ahogó el grito de gol que le podría haber significado el triunfo a los del Mellizo.
Así la definición quedó completamente abierta y dentro de dos semanas, el sábado 24, del Monumental saldrá el campeón de una histórica Copa Libertadores.