“Son inmensas. Se animaron a lo que el resto de la sociedad no”, remarcó Fernández, durante el acto de entrega del premio Juana Azurduy a la lucha por los derechos humanos, en el que destacó que sus referentes no convoquen a una marcha presencial para mañana “para evitar contagios” de coronavirus.

El mandatario aseguró que madres y abuelas son un “modelo de conducta, de lucha y de compromiso” y dijo que “su tarea es reconocida en el mundo entero”.

La distinción Juana Azurduy es otorgada a alrededor de 70 mujeres que lucharon buena parte de su vida para obtener justicia por los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura, de los que fueron víctimas sus hijos y nietos.

Además, el presidente sostuvo que “hay que seguir haciendo docencia entre los jóvenes” sobre lo que significó el golpe de Estado del que este miércoles se cumplen 45 años, y habló de “la violencia siniestra, perversa y arrolladora de aquella dictadura”.

“Cometieron atropellos tremendos y se llevaron la vida de gente inocente que pagaba con su vida el solo hecho de pensar”, dijo el presidente.

El presidente compartió el acto, en el Museo del Bicentenario de Casa Rosada, con Estela de Carlotto (Abuelas de Plaza de Mayo), Taty Almeida (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora), Lita Boitano (Familiares de desaparecidos y detenidos por razones políticas) y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla.

Además, estuvieron conectadas vía Zoom desde diferentes puntos del territorio, 40 Madres y Abuelas que reciben este reconocimiento oficial, en vida, por parte del Estado nacional.