
En la más clara y contundente declaración sobre la difícil situación interna actual del catolicismo de su gira por los tres países bálticos, el Papa Francisco dijo este martes en su visita de una sola jornada a Estonia, última etapa de cuatro días de peregrinación apostólica, que “los jóvenes están indignados por los escándalos sexuales en la Iglesia y no ven una condena neta”.
En un encuentro ecuménico con jóvenes católicos, protestantes y ortodoxos, reunidos para escucharlo en la más grande iglesia luterana de este país de 1,3 millones de habitantes, que cuenta solo con 5000 fieles en comunión con el Papa de Roma, Francisco dijo que algunos jóvenes “sienten la presencia de la Iglesia como fastidiosa y hasta irritante, por no saber “interpretar adecuadamente la sensibilidad de los jóvenes por falta de preparación o simplemente por el rol pasivo que les han asignado”.