Tiger Woods, el jugador más dominante de la historia del golf, está otra vez en la cima del mundo: después de años complicados, en su vida y en su carrera, de lesiones y bajones anímicos que lo dejaron lejos del golf, el estadounidense dio un golpe histórico: ganó el Masters de Augusta por quinta vez y a once años de su último Major.

Hace apenas dos años, Tiger apenas podía caminar, obtuvo el Major número 15 de su carrera, y el primero desde el US Open de 2008.

Dos años después de asegurarle en la Cena de Campeones a Arnold Palmer que estaba “acabado para el golf”, y que había decidido dejar de jugar, este domingo se bancó la presión y le robó la corona al italiano Francesco Molinari, que sucumbió ante el peso de la leyenda con la que salió a jugar la ronda final.

Woods firmó una tarjeta de 275 golpes, trece bajo el par de la cancha, para ponerse la mítica chaqueta verde en el campo del Augusta National.

Esta es la quinta ocasión que Tiger obtiene el título del torneo más tradicional de la gira de la PGA y lo hizo a los 43 años, mientras que Jack Nicklaus consiguió su último Major a los 46.

Tiger consiguió el Masters en 1997, cuando se proclamó el más joven en conseguirlo con 21 años y 104 días, y luego en 2001, 2002 y 2005.

Con sus cinco “sacos verdes”, Tiger empata a Arnold Palmer, otra leyenda del golf, en el segundo lugar de todos los tiempos, sólo por debajo de los seis de “El Oso Dorado” Nicklaus.